La fabada asturiana, ese contundente guiso de fabes (alubias blancas) con embutidos, se ha consolidado como uno de los platos más representativos de la gastronomía española. Originaria del Principado de Asturias, esta receta tradicional no solo se mantiene viva en hogares y casas de comidas, sino que ha conquistado cartas de restaurantes de prestigio y chefs reconocidos en todo el país.
Un símbolo de identidad culinaria
La fabada asturiana se elabora con fabes de la Granja, chorizo, morcilla y lacón, cocinados a fuego lento hasta lograr una textura melosa y un sabor profundo. Aunque su origen exacto es difuso, su arraigo cultural es indiscutible: representa la esencia de la cocina asturiana, basada en productos locales, técnicas tradicionales y sabores intensos.
Este plato, ideal para los meses fríos, ha trascendido su contexto rural para convertirse en una experiencia gastronómica buscada por turistas, foodies y amantes de la cocina española.
Restaurantes que rinden culto a la fabada
Según la Guía Repsol y medios especializados, hay restaurantes en Asturias que merecen una visita solo por su fabada. Entre ellos destacan:
- Casa Gerardo (Prendes): con estrella Michelin, ofrece una versión refinada de la fabada, respetando la tradición pero con técnica contemporánea.
- El Fartuquín (Oviedo): elegido por el escritor Eduardo Mendoza durante su visita a los Premios Princesa de Asturias, este restaurante es un clásico local que sirve fabada y pote asturiano en un ambiente acogedor.
- Casa Chema (Oviedo): conocida por su fabada ecológica, elaborada con ingredientes orgánicos y fabes de cultivo sostenible.
- La Consistorial (Mieres) y El Corral del Indianu (Arriondas) también figuran entre los favoritos de los asturianos y expertos gastronómicos.
De plato regional a embajador gastronómico
La fabada asturiana ha sido protagonista en ferias internacionales, semanas gastronómicas y rutas culinarias. Su versatilidad permite maridajes con sidra asturiana, vinos tintos robustos o incluso cervezas artesanales. Además, su preparación ha inspirado productos gourmet como conservas premium y kits de fabada listos para cocinar.
En redes sociales, el hashtag #FabadaAsturiana acumula miles de publicaciones que celebran su sabor, historia y presentación. Desde platos tradicionales hasta reinterpretaciones creativas, la fabada sigue generando conversación y apetito.
Una experiencia que va más allá del sabor
Comer fabada es también una forma de conectar con la cultura asturiana. Muchos restaurantes ofrecen este plato como parte de menús que incluyen quesos locales, postres caseros como el arroz con leche y, por supuesto, sidra escanciada al estilo tradicional.
Para quienes buscan autenticidad, Asturias ofrece rutas gastronómicas que permiten descubrir el origen de la fabada, visitar productores de embutidos y fabes, y aprender a cocinarla en talleres culinarios.
La fabada asturiana no es solo un guiso: es una experiencia, una tradición y un orgullo culinario que sigue conquistando mesas dentro y fuera de España.



