Todo tiene que ver con la campaña de prevención de la tuberculosis bovina. Según la patronal UGAMA, la Comunidad de Madrid está sometiendo a los ganaderos y a sus animales a controles excesivos en lugar de analizar los focos de transmisión de enfermedades de la fauna silvestre.
No le ha sentado nada bien a la Unión de Agricultores, Ganaderos y Silvicultores de la Comunidad de Madrid, UGAMA, que el Área de Ganadería de la Consejería esté enviado notificaciones por correo certificado a sus ganaderos avisándoles de inspecciones masivas. Y es que según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura Ganadería Pesca y Medio Ambiente, en 2017 la prevalencia de rebaño de la Comunidad de Madrid en 2017 fue de 2,69% es decir por debajo del 3% que dice el requerimiento, lo que eximiría a los ganaderos de la obligatoriedad estos controles adicionales.
A juicio de UGAMA, “ni tiene sentido que los veterinarios contratados por la Administración inspeccionen a sus compañeros veterinarios que han efectuado los anteriores controles, ni tampoco que se sometan nuevamente a las explotaciones a estas pruebas realizadas ya con anterioridad”, por lo que conllevan de trabajo a los ganaderos y estrés a los animales de campo. Además en dicha comunicación escrita, se amenaza veladamente con que la negativa a dicha prueba por parte del ganadero, conllevaría en el plazo de 4 a 6 meses la perdida de la calificación sanitaria con la consiguiente inmovilización de los animales de la granja.
El problema de fondo es que la Comunidad de Madrid carece de censo de fauna silvestre, donde según el diario El Confidencial hay una población cercana a 40.000 jabalíes de los cuales, se estima que la mitad de ellos son portadores de esta enfermedad o que según el propio Ministerio de los al menos 10.000 gamos que hay en Madrid solo se haya efectuado la prueba de la tuberculosis a 1 solo animal, mientras se sacrificaban numerosas vacas, algunas de ellas, dice UGAMA, sin la enfermedad confirmada.