Dos estudios publicados en la revista Pediatrics aseguran que los niños expuestos a dos compuestos químicos utilizados en el envasado de alimentos, el bisfenol A y los ftalatos, son más propensos a ser obesos o presentar resistencia a la insulina.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) alrededor de uno de cada seis niños y adolescentes de Estados Unidos tienen obesidad. «Aunque una dieta poco saludable y la falta de actividad física son los culpables de esta epidemia, hay compuestos químicos que pueden contribuir», reconoce el autor de uno de los estudios, el pediatra de la Universidad de Nueva York, Leonardo Trasande.
Para su investigación, analizaron los datos de una encuesta desalud y nutrición a nivel nacional realizada entre 2003 y 2008, que incluyó pruebas de orina y de sangre de 766 adolescentes de 12 a 19 años.
En ellos encontraron que los niveles urinarios de un tipo particular de ftalatos, conocidos como di-2-etilhexil (DEHP), que se utiliza para suavizar las botellas de plástico, están estrechamente ligados a las probabilidades de tener resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes.
Los investigadores dijeron que sus hallazgos no prueban que comer alimentos envasados con ftalatos cause resistencia a la insulina. Pero, por ejemplo, sí es posible que los niños que ya siguen unos hábitos alimenticios menos saludables coman o beban más productos envasados, lo que explicaría estos niveles más elevados.
Además, Trasande ha apuntado que este compuesto puede influir en cómo el cuerpo segrega insulina en respuesta al azúcar.
Por otro lado, científicos de la Universidad de Michigan en Ann Arbor utilizaron datos de una encuesta de nutrición realizada en 2010 para revisar los niveles de bisfenol A en la orina de niños de 6 a 18 años de edad.
En total se contabilizaron datos de 3.370 niños y, aunque no se vió que la presencia de este compuesto se relacionaran también con la resistencia a la insulina, lo que sí se observó fue que quienes tenían los niños con niveles más elevados eran más propensos a ser obesos.
De todos los participantes, el 18 por ciento eran obesos, lo que concuerda con los datos de los CDC.
Los resultados están en consonancia con un estudio de 2012, que también vinculó este compuesto con una mayor probabilidad de sobrepeso u obesidad «pero sin demostrar una relación causa y efecto», como también sucede en esta investigación.
«Hay una gran variedad de productos químicos utilizados en productos para niños, a los que se exponen todos los días con unas consecuencias para la salud todavía desconocidas», explicó uno de los autores, Joyce Lee.
REDACCION gastronomia.com
Vía EP