La Universidad de Alicante continúa con las jornadas Microviña II con el objetivo de fomentar la herramienta de los pequeños viñedos como desarrollo social. Una de las ponencias más especializadas será la del Doctor en Informática, Antonio Molina, que explicará la importancia de medir diferentes parámetros climatológicos para controlar la cosecha de uva y también las condiciones ambientales en el proceso de elaboración del vino en bodega para mejorar el producto.
La medición y monitorización de los distintos parámetros que afectan al desarrollo de la uva en el campo, tales como la lluvia, la humedad, el calor, el viento; y los que afectan al proceso de elaboración del vino en bodega, permite conseguir un vino de mejor calidad. Actualmente existen en el mercado infinidad de sensores al alcance también de las pequeñas bodegas para facilitar la labor del vinicultor.
Antonio Molina expondrá la variedad de equipos disponibles en el mercado y su función en el sistema de monitorización con objeto de que los alumnos puedan aprender la capacidad de éstos para la detección de posibles errores tanto en la etapa de cultivo de la vid, como en el posterior proceso de vinificación.
Antonio Molina resalta la importancia de instalar en los campos de cultivo una estación metereológica que permita, por ejemplo, medir la lluvia “y así -añade el doctor- en caso de falta de precipitaciones poder corregirlo mediante el riego”. También es conveniente, en este sentido, tener sensores que midan la temperatura, la radiación solar, el viento o la humedad. “Evidentemente -dice Antonio Molina- al vinicultor le debe llegar esta información prácticamente en tiempo real para que sea capaz de corregir aquellos parámetros que no sean correctos y conseguir así una uva de calidad”. Con las nuevas tecnologías “esta información nos puede llegar incluso a nuestro teléfono móvil”.
Al igual que es necesario medir y monitorizar el proceso en el campo, también lo es tener controlados todos los indicadores cuando se está elaborando el vino en bodega, desde la temperatura hasta el ph.
“Lo más importante -dice Antonio Molina- es que existen muchos aparatos en el mercado y que, afortunadamente están al alcance también de las pequeñas bodegas e incluso algunos de ellos se pueden fabricar manualmente”.