Las algas han sido estudiadas por expertos nutricionistas durante años, con el objetivo de comprobar sus propiedades para la salud de los seres humanos e invitando a usarlas como alimento. Pero seguramente pocos o ninguno, pensaron que serían muy útiles para utilizar como envase para el jamón o el queso.
Es algo que han descubierto investigadores del Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE), que participan en el proyecto europeo Plantpack, financiado por el séptimo programa marco de la Unión Europea y que tiene por objetivo obtener un elemento natural que permita el recubrimiento de los envases de alimentos grasos y que sea más respetuoso con el medio ambiente que los derivados del petróleo, usados hasta ahora.
En este sentido, se realizó un experimento, incorporando algas marinas y almidón al papel y cartón del recubrimiento de un envase, y se comprobó que esto ofrecía resultados positivos en el mantenimiento y conservación de alimentos grasos, respetando los caracteres de los mismos. Sus ventajas frente a los tradicionales estriban en ser 100% ecológicos y no estar sometidos a las constantes oscilaciones de precios de los derivados del petróleo.
REDACCIÓN gastronomia.com