El Hotel Ritz tomó la delantera estos días dedicando su gran apuesta gastronómica a las flores. Eliminar el tabú y familiarizar nuestros paladares a un ingrediente común en la cocina asiática y que, además, puede aportarnos grandes sensaciones de sabor junto a diferentes aromas.
Jorge González es uno de los cocineros que han defendido esta apuesta días atrás con recetas como el tartar de dorada con begonias blancas, que realzan el sabor del pescado, o un carpaccio de buey con flor de rúcula, que da un toque picante a la carne.
Otros cultivan en sus propios huertos. Es el caso del chef Adolfo Múñoz, del restaurante Casa Urbana, de Toledo. Las cultiva y recolecta en su propia huerta.
Vinculado al campo desde niño, Muñoz recuerda que durante su estancia en Japón en los 90 se familiarizó con el uso que la cocina asiática hace de las flores, una experiencia que luego aprovechó en su personal fusión con la gastronomía española.
Las flores de calabacín en una tempura con pisto manchego, de romero y tomillo con carne de caza, alhelíes en las ensaladas o capuchinas con pescado y marisco son algunas de las posibilidades de este jardín culinario, en el que también están presentes flores de hortalizas como tomates, cebollas, guisantes, tirabeques, ajos o coles, e incluso de frutas como almendros y albaricoques.
También el huerto de Rodrigo de la Calle en Aranjuez (Madrid) está ahora en primavera repleto de flores, según explica el cocinero, que van desde las de los grelos y berzas del invierno pasado hasta malvas, lavanda, retama, romero o mostaza.
Es el caso de Sabor y Salud, que desde la comarca malagueña de la Axarquía suministra más de 50 tipos de flores con certificado de producción ecológica a restaurantes de alta gastronomía de toda España, Francia, Alemania y Austria.
Las posibilidades son tantas que incluso se convierten en una opción para los emprendedores, como Alba Soldevila, que hace siete años llegó al medio rural por amor y junto con su marido decidió apostar por las flores para reconvertir la explotación familiar.
A día de hoy se cultivan más de 30 variedades durante todo el año, de rosas a a violetas, pensamientos o begonias, que comercializan tanto frescas como congeladas, deshidratas y cristalizadas. Según precisa, la restauración es el principal destino de sus productos, pero cada vez reciben más demanda de particulares. Entre lo más solicitado, pétalos de rosa para repostería y flor eléctrica para gin tonics, sabor que también hacen en mermelada.
FUENTE E IMAGEN DE www.madrid2noticias.net