El estudio Predimed, llevado a cabo durante siete años y dirigido por Miguel Ángel Martínez González –catedrático de la Universidad de Navarra-, concluye que beber un vaso de vino al día ayuda a presevar la salud mental y previene los síntomas de la depresión. Éste es el mayor que se ha realizado en España sobre nutrición, y tiene por objetivo evaluar los efectos de la dieta mediterránea en la prevención primaria de las enfermedades crónicas.
El trabajo se llevó a cabo efectuando un seguimiento a 5.505 personas durante siete años, con el objetivo de determinar la relación entre el consumo de alcohol -sobre todo vino- y la incidencia de depresión. Así, se escogió gente que jamás padeció esta enfermedad hasta que comenzó el estudio, ni había tenido problemas relacionados con el consumo de alcohol, midiendo repetidamente las tomas del mismo durante todo el tiempo que duró la investigación.
Los resultados, publicados en BMC Medicine, muestran que las personas que bebían cantidades moderadas de vino eran menos propensas a sufrir depresión. Concretamente, las tasas más bajas se observaron en aquellos que bebían entre dos y siete copas de vino a la semana, siempre en pequeñas cantidades diarias.
Martínez González achaca estos buenos resultados a los compuestos no alcohólicos del vino, como el resveratrol y otros polifenoles, que pueden tener efectos protectores sobre ciertas áreas del cerebro, por su función antiinflamatoria y antioxidante. Estos efectos protectores podrían explicar las diferencias en la incidencia de depresión entre los países europeos, con niveles más bajos como en España, Italia o Grecia y mayores en los países del norte de Europa. Eso sí, el investigador español no duda en aconsejar a todos aquellos que consumen esta bebida que lo hagan siempre con el patrón de la dieta mediterránea, y a los abstemios, que sigan sin tomarla, pues también tiene efectos perjudiciales.
REDACCIÓN Gastronomia.com