La Organización Mundial de la Salud ha actualizado su listado de las diez principales causas de muerte en el mundo. De esa lista sale la tuberculosis pero entra, por primera vez, la diabetes. Un listado en el que aparecen enfermedades que podemos mantener a raya con la comida.
Este organismo de Naciones Unidas ha utilizado para ello datos relativos a 2011, año en que estiman que murieron en todo el mundo 55 millones de personas. Las enfermedades no transmisibles son responsables de dos de cada tres fallecimientos (36 millones).
La primera causa de muerte siguen siendo las enfermedades cardiovasculares, que mataron a casi 17 millones de personas (tres de cada 10 fallecimientos). De ellos, unos 7 millones lo hicieron por una cardiopatía isquémica y 6,22 millones debido a un accidente cerebrovascular.
A ambas dolencias le siguen en el ranking las infecciones de vías respiratorias inferiores (causantes de 3,2 millones de muertes), la EPOC (3 millones), enfermedades diarreicas (1,9 millones), el VIH/sida (1,6 millones), los cánceres de tráquea, bronquios o pulmón (1,5 millones), la diabetes mellitus (1,4 millones), los accidentes de tráfico (1,3 millones) y los nacimientos prematuros o el bajo peso al nacer (1,2 millones).
Precisamente la OMS destaca cómo de este listado sale la tuberculosis, que no obstante sigue entre las quince principales causas de muerte provocando un millón de fallecimientos en 2011.
Si tienes diabetes, el cuerpo no puede producir o utilizar la insulina adecuadamente. Esto conduce a una elevación del nivel de glucosa (azúcar) en la sangre. Una alimentación sana ayuda a mantener el azúcar de la sangre en un nivel adecuado. Es una parte fundamental del manejo de la diabetes, ya que controlando el azúcar en la sangre (glucemia) se pueden prevenir las complicaciones de la diabetes.
Una alimentación saludable para un diabético incluye
- Limitar alimentos con altos contenidos de azúcar
- Comer porciones pequeñas a lo largo del día
- Prestar atención a cuándo y cuánta cantidad de carbohidratos consume
- Consumir una gran variedad de alimentos integrales, frutas y vegetales
- Comer menos grasas
- Limitar el consumo del alcohol
- Usar menos sal
REDACCION gastronomia.com