Aunque muchas son las marcas que han decidido dejar de utilizar esta polémica sustancia en sus productos, todavía hay muchos que se resisten. Mientras, desde el sector, han elaborado un estudio que radiografía su uso en nuestro país y según el cual, consumimos más de 9 gramos al día.
La Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible ha presentado el ‘Informe Económico del Aceite de Palma en España 2018’, elaborado por la consultora Arum. Este informe analiza la trascendencia económica de este ingrediente, hasta ahora fundamental en la industria agroalimentaria española, centrándose principalmente en el consumo alimentario humano.
El informe revela por primera vez cuál es el consumo real de aceite de palma en la alimentación en España. La estimación lo sitúa en 3,32 kg al año (9,09 g/día por persona), teniendo en cuenta la proporción habitual utilizada y los tipos de productos en los que está presente. Cabe destacar, además, que también hay un consumo de 0,45 kg al año de aceite de palmiste (1,23 g/día por persona).
En términos absolutos, en España hay un consumo anual de aceite de palma en alimentación de 154.814,42 toneladas de aceite de palma, y de 20.976,75 toneladas de aceite de palmiste.
Para llegar a este dato, el estudio ha tenido en cuenta el comercio (importaciones y exportaciones) de aceite de palma, palmiste y sus derivados (estearina, oleína, etc.), las entregas intracomunitarias y el comercio exterior de productos que utilizan este ingrediente, como margarinas, chocolates, helados, bombones, galletas, bollería…
Cuando se analiza el total de importaciones y exportaciones de aceite de palma en España, según datos de DATACOMEX, se detecta que en 2017 se importaron más de 1,9 millones de toneladas, principalmente procedentes de Indonesia (el 72,2%), Malasia (12,2%) y Colombia (6,2%), que acumulan más del 90% del total. Este dato supone un incremento del 27,3% en volumen respecto a los datos de 2016, cuando se importaron algo menos de 1,5 millones de toneladas.
Estimación del balance global final del aceite de palma. Año 2017
Fuente: Aduanas, CNMC e información de la industria
La principal aplicación del aceite de palma en España es industrial (biocombustible), donde se destinan 1.535.501,9 Tm, que equivalen al 83% del total de importaciones. La segunda aplicación es para la industria alimentaria, con 190.302 Tm, es decir, el 10,3%. De esta cifra de uso alimentario, 169.325.55 Tm se imputan al aceite de palma y el resto, 20.976,35 Tm, al de palmiste. Por último, el uso de la industria oleo química y para alimentación animal es de 123.788,7 Tm, el 6,7% restante.
A partir de estas cifras, el informe también estima el aceite de palma que se utiliza como ingrediente en los productos transformados. A tal efecto, se analizan los subsectores que utilizan este ingrediente de manera significativa, teniendo en cuenta sus importaciones y exportaciones. Este ejercicio permite acercarnos al consumo real en España como ingrediente alimentario, que se sitúa en 9,09 g por persona/día.
SOSTENIBILIDAD
Las principales conclusiones del informe económico se centran en el incremento del aceite de palma certificado como sostenible en alimentación. En 2016, el 23,7% del aceite de palma comercializado en España contaba con el certificado de la Roundtable on Sustainable Palm Oil, RSPO, denominado CSPO. Este porcentaje ascendió al 29,9% en 2017 y lleva ritmo del 43,7% en 2018.
En cuanto al aceite de palmiste, los porcentajes fueron 14,9% como CSPO en 2016, un porcentaje que se mantuvo estable en 2017 y que lleva camino de alcanzar el 18% este año. Según la asociación, la razón por la que el palmiste va un poco más retrasado es porque la prima de sostenibilidad tiene un mayor coste que la de la palma.
La fundación también defiende que hoy en día, todo el aceite de palma que se importa en España es trazable hasta la fábrica del país de origen en donde se ha producido, y aunque no venga con la certificación RSPO, en muchos casos las empresas vendedoras cuentan con políticas propias de ‘No deforestación’, ‘No siembra en humedales (peat-lands)’, ‘No explotación laboral’… Además existen otras entidades y ONGs como The Forest Trust (TFT) que controlan la trazabilidad de la materia prima.