Hoy en día, y aunque cada vez con menos frecuencia, seguimos teniendo la posibilidad de comer en restaurantes que, pasando de generación en generación, llevan décadas en activo. El libro Guinness de los Récords, con la idea de encontar cuáles son los más antiguos, otorgó hace años el título a uno español: Botín, situado en la capital.
Fue fundado en 1725 por el matrimonio formado por el francés Emilio González y la española Amparo Martín. Posteriormente, al no tener descendientes, tomaron las riendas del establecimiento sus sobrinos.Tras ellos, y desde 1930, la familia González Martín ha visto cómo tres de sus generaciones se iban pasando de unos a otros el negocio.
A pesar de haber sufrido algunas reformas, siempre se ha buscado mantener la esencia de lo que fue en el momento de inaugurarlo. Y entre sus cuatro paredes, tras tantos años de vivencias, sus propietarios dan fe de que estas guardan un sinfín de anécdotas, como que comenzó siendo un local donde la gente llevaba su propia carne para asar, o que guarda restos de bala de la Guerra Civil, periodo en el que se mantuvo abierto.
Su carta es, como era de esperar, una muestra de la gastronomía de toda la vida, donde destacan los asados de cochinillo y cordero. Aparte de las carnes, en su menú cabe la posibilidad de degustar pescados como las almejas, gambas o langostinos; verduras; huevos; o sopas. Para beber, la oferta de vinos es muy variada.
Un hecho que nos permite hacernos una idea de lo importante que fue y es el negocio, son las personalidades que comían allí, como los escritores Ernest Hemingway, F. Scott Fitzgerald o Truman Capote. Además, y aunque no hay hechos que lo confirmen del todo, se cree que Francisco Goya trabajó allí como frieglapatos durante una época.
REDACCIÓN Gastronomia.com
MAGEN DE www.traveler.es