El higo es un fruto que se obtiene de la higuera Ficus Carica. Popularmente es considerado como una fruta que tendría su origen en Oriente Próximo. Su temporada comprende los meses de junio, julio, agosto y septiembre. En la antigüedad, el higo era un alimento muy valorado por Platón y Diógenes, de ahí que fuera bautizado como "el alimento de los filósofos".
Se caracteriza por ser una fruta muy dulce, de cáscara blanda y con un color intenso que puede variar del verde al morado. En este punto debe hacerse una breve mención a la breva, que son los higos característicos de los meses de primavera, de sabor dulce, aunque no tan predominante como en el higo.
Pueden encontrarse tres tipos de higos dependiendo de su color: blancos (propio de los higos menos maduros); negros (su color puede variar del rojo intenso al negro) y colorados (de color pardo azulado). Asimismo, y a la hora de comprar esta fruta, podemos adquirirla en fresco o desecada (se caracteriza por tener una piel más firme).
En lo que respecta a sus aplicaciones en la cocina, los higos se pueden utilizar en la elaboración de salsas, postres, mermeladas, compotas, como fruta confitada o en infusiones.
Además de sus cualidades y preciadas aplicaciones en la cocina, el higo es una fruta rica en agua, fibra, hidratos de carbono y minerales. Gracias a sus propiedades, el higo facilita el funcionamiento del aparato digestivo, regula los niveles de colesterol, actúa como antioxidante, fortalece los huesos y previene del padecimiento de anemia.
A la hora de comprar esta fruta lo recomendable es escoger de entre los ejemplares que presentan una piel más dura y sin manchas. El higo es un producto muy delicado, por ello es preferible consumirlo en un plazo que no supere los tres días.