Durante los meses de febrero, marzo, abril y mayo en España estamos en plena temporada de fresas y fresones. No hay postre (tartas, batidos o helados) que se resista a estas frutas. Lo característico es su delicioso sabor y llamativo color.
Diferencias entre fresas y fresones:
En primer lugar, la diferencia principal es que el fresón es un híbrido de diferentes especies (llamadas annanasa) y la fresa crece de una planta conocida como “vesca”.
Entre sus particularidades destacan también el tamaño, la forma y el sabor: el fresón es de mayor tamaño; su forma no es tan redondeada como la fresa y su sabor es mucho más dulce.
Además, es mucho más difícil encontrar fresas en el supermercado o tiendas de alimentación por los siguientes motivos: porque es mucho más cara que los fresones debido a que su cultivo ha descendido notablemente en los últimos años por ser una fruta muy delicada y muy vulnerable a las heladas.
Propiedades para la salud:
Tienen importantes beneficios para la salud gracias a que aportan pocas calorías. Tienen como componentes principales el agua e hidratos de carbono; son ricos en minerales como el potasio, magnesio y calcio y vitaminas C y E.
Conservación y consumo:
Al ser unas frutas tan delicadas es conveniente tener en cuenta los siguientes criterios para que podamos disfrutar de ellas el mayor tiempo posible una vez que han sido compradas:
- hay que guardarlas en el frigorífico
- se deben de sacar de la nevera una hora antes de su consumo para poder disfrutar de sus propiedades
- no se deben de lavar hasta que no van a ser consumidas
- no se deben de sumergir en agua para que no pierdan su sabor Es aconsejable consumirlas en un plazo máximo de 3 o 4 días porque al tener un piel tan fina, perecen con mayor rapidez.
Si te gustan las fresas, no te pierdas nuestra receta de tarta de fresa. ¡Está riquísima!