Como con cualquier otra comida, el uso saludable de pescados es importante para reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos nos propone seguir las siguientes recomendaciones sobre la seguridad básica en cuanto a la compra, almacenamiento y preparación de pescados.
Solo compren pescados o mariscos frescos cuando estén refrigerados o los que estén sobre una capa gruesa de hielo, preferiblemente en una caja.
Es necesario estar alerto a estas señales que indican la frescura:
— El pescado tiene que tener un olor fresco o suave; su olor no debe ser agrio o parecido al amoniaco.
— Los ojos del pescado deben ser claros y sobresalir un poco.
— La carne del pescado debe ser brillante y firme y tener agallas de color rojo brillante sin baba.
— Después de presionarla, la carne debe regresar a su estado normal
— Los filetes de pescado no deben mostrar una descoloración, un oscurecimiento o resecamiento en los bordes.
Almacenen de forma adecuada
Coloquen los mariscos o pescados sobre hielo, en la nevera (si se usarán muy pronto) o en el congelador inmediatamente después de su compra. Si el pescado se va a congelar es necesario envolverlo bien en papel de aluminio para evitar fugas de aire.
Preparen de forma segura
La mayoría de los pescados y mariscos se deben cocinar hasta alcanzar una temperatura interior de 62 grados C y hay que examinarlos en más de un lugar para determinar que están listos. Si no tiene un termómetro, hay otras maneras de hacerlo:
— Pescados: La carne debe verse opaca y separarse fácilmente con un tenedor.
— Camarones y langostas: La carne será perlada y opaca
— Vieiras: La carne se ve blanca lechosa, u opaca y firme