El trigo sarraceno suscita cada vez más interés entre los consumidores. A pesar de su nombre, y de que se consume como un cereal, nada tiene que ver con el trigo ni con la familia de las gramíneas a la que pertenecen los cereales comunes.
Una de las características que ha contribuído a revalorizar este pseudocereal autóctono de China occidental, el Tíbet y la India oriental donde su harina se utiliza para hacer fideos o pan ácimo, es que no contiene gluten. Su presencia en España ha sido muy testimonial hasta el momento, pero esta y otras cualidades nutricionales han aumentado el interés por esta variedad presentándola como una posible alternativa de cultivo.
En esta dirección trabaja el Centro de Investigación y Formación Agrarias de Cantabria que desarrolla un proyecto para fomentar su plantación y motivar al productor a descubrir sus posibles transformaciones agroalimentarias.
La elaboración de pastas o repostería son las sugerencias más habituales pero el centro de investigación presta especial atención a la fabricación de cerveza sin gluten a partir de trigo sarraceno, con la pretensión de introducir esta variedad en la cervecería artesanal, un sector muy dinámico en Cantabria. En el proceso se han utlizado también otros recursos naturales disponibles en la región, como el lúpulo silvestre.
Además de ampliar la oferta para el consumidor, el prooyecto se presenta como un campo a explorar por jóvenes emprendedores en el ámbito de la agricultura y de la producción agroalimentaria.
