Siempre oímos hablar de la importancia que tiene un buen desayuno por la mañana. Un estudio realizado en Estados Unidos y publicado en la revista Circulation –boletín oficial de la Asociación Americana del Corazón- nos dice que sí. No desayunar aumenta las posibilidades de sufrir un infarto de miocardio en un 30%, concluye.
Con Leah E. Cahill al frente de un equipo de científicos, para llevar a cabo este trabajo se buscaron casi 27.000 personas que tuviesen entre 45 y 82 años de edad, y se les hizo un seguimiento durante 16 años. La mayoría de los elegidos estaban relacionados con la profesión sanitaria (médicos, enfermeras, farmacéuticos, pediatras…), el 97% de los cuales eran europeos y, por tanto, poseían buena calidad de vida, posibilidades económicas e información suficiente como para cumplir con las recomendaciones sobre el desayuno.
Comprobaron la frecuencia de sus comidas diarias y lo relacionaron con los episodios de infarto de miocardio registrados en el transcurso de los 16 años de seguimiento. Al final del estudio, 1.527 participantes sufrieron un infarto de miocardio. Ajustando los resultados con otros factores de riesgo como el ejercicio y la dieta, Cahill y su equipo observaron que, en comparación con los hombres que sí desayunaban, aquellos que no lo hacían tenían un 27% más de riesgo de sufrir esta enfermedad coronaria.
Según el estudio, hay algunos rasgos que determinan el perfil de quienes tienden a saltarse la comida más importante del día. Quienes no desayunaban en este experimento (alrededor de un 11% del total de los participantes) eran más jóvenes, fumaban más, trabajaban a tiempo completo, eran solteros, tenían menor actividad física y bebían más alcohol. También dormían menos y veían más la televisión. Además, este trabajo arroja una última curiosidad: cenar tarde también aumenta el riesgo de infarto, aumentando hasta en un 55% el riesgo con respecto a las personas que no lo hacen.
REDACCIÓN Gastronomía.com