La dieta mediterránea reduce un 30% la incidencia de enfermedades cardiovasculares, además de tener efectos positivos en prevención de otras patologías como las enfermedades neurodegenerativas, el cáncer o el alzheimer.
El "factor protector" para la salud de este patrón alimentario se ha puesto sobre la mesa en el congreso de la Dieta Mediterránea que se ha celebrado este miércoles en el marco de Alimentaria. "La dieta mediterránea tiene un efecto similar al de un fármaco, pero con la diferencia de que no tiene efectos secundarios sobre la salud humana", Ramón Estruch, presidente del congreso.
Uno de los temas centrales del encuentro es la relación entre la salud y el consumo moderado y responsable de vino, como parte de los alimentos que integran la pirámide de la dieta mediterránea. La doctora Iris Shai, investigadora y profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de Ben-Gurion de Negev (Israel), ha expuesto las evidencias científicas que relacionan el vino con la prevención de la diabetes.
El Congreso está organizado por la Fundación Dieta Mediterránea, fundada en 1996 y que este año celebra su 20 aniversario, ha sido clave para divulgar los beneficios de este patrón, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.