Lamúsica varía la percepción sobre los sabores, según sugiere un estudio promovido por Sony y coordinado por el profesor de la Universidad de Oxford, Charles Spence.
Tras efectuar una seire de pruebas a 50 voluntarios de seis países europeos, el informe concluye que el sonido que nos envuelve tiene un efecto sustancial en nuestra experiencia gastronómica. De acuerdo con el estudio Sonic Seasoning, un tipo específico de música puede hacer que la comida parezca hasta 10 por ciento más dulce o más salada.
“Se puede inducir al cerebro hacia la dulzura reproduciendo un sonido agudo, por ejemplo. En los próximos meses y años veremos mucho más interés en combinar la música con lo que comemos y bebemos", señala Charles Spence, psicólogo experimental.
El estudio publicado en la web de Sony profundiza en el conocimiento de una relación sobre la que se investiga desde hace décadas. En 1997, el cocinero Heston Blumenthal -quién con frecuencia experimenta con técnicas ajenas a los fogones en su restaurante The Fat Duck- presentó su plato de mariscos mientras sonaba Sounds of the Sea. Con esta asociación, se buscaba que los comensales percibiesen el pescado con sabor más fresco y mejor.
Los experimentos más recientes tratan de determinar como influyen los sonidos abstractos en la forma en la que el cerebro percibe los sabores.
