Este martes ha abierto sus puertas en Ciudad Real la octava edición de Fenavin, una cita de referencia para el negocio del vino español en el mundo. En esta edición, 1.361 bodegas presentan sus vinos, un 12 % más que en la edición anterior, destacando la presencia de bodegas castellano-manchegas. El número de compradores nacionales e internacionales está previsto que alcance casi los 15.200.
Además de la actividad comercial, los chefs Alberto Moreno, del restaurante DH Gastro en Madrid y Rubén Sánchez-Camacho, jefe de cocina de El Bodegón de Daimiel, en Ciudad Real, han ofrecido una conferencia en la que, bajo el título "La innovación del vino en la cocina", destacaron la importancia culinaria y el potencial de los grandes vinos en platos tradicionales y de vanguardia, dando a conocer diferentes transformaciones como el caviar, el aire, las gominolas y la gelatina de vino, la vinagreta de chardonnay o las espumas.
La feria propone por primera vez un espacio para combinar vinos de toda España con 90 productos agroalimentarios procedentes de la provincia de Ciudad Real. Entre las armonías más atrevidas se encuentran el de la almendra violeta con un blanco Fogoso Bronce de Bodegas Verduguez de Villanueva de Alcardete o una mermelada de cerveza con un tinto crianza abulense llamado Mmadre de las bodegas Ausín. Pero no faltan armonías más tradicionales, pues el queso manchego es, sin duda, el protagonista de la galería, con hasta 37 marcas combinadas con el vino que mejor les sienta.
Fotografía: Alberto Moreno y Rubén Sánchez Camacho durante su exposición sobre la innovación del vino en el mundo de la cocina.