Las torrijas que tienen su origen en la cocina conventual del siglo XV han llegado a nuestros días como un dulce tradicional en la época de Cuaresma y Semana Santa.
Este sencillo postre, elaborado a base de pan, huevos, leche y azúcar, vuelve cada año a las pastelerías con un aspecto renovado. Sirva como ejemplo la colección Torrijas que quisieron ser bocadillo que presenta Nunos Pastelería, en Madrid.
Dando una vuelta de tuerca a la tradicional torrija y jugando con los trampantojos, el maestro pasteleros José Fernández ha creado siete variedades de bocadillos de torrija en formato mini. Así, lo que parece bocadillo de jamón es, en realidad, una torrija rellena de mermelada de tomate y crema de vainilla; un bocadillo de calamares, una torrija rellena de leche frita; un perrito caliente, una torrija rellena de chocolate blanco caramelizado acompañado de mermelada de frambuesa, como si fuera ketchup, crema de curry, simulando la mostaza,y virutas de chocolate de leche, a moda de cebolla frita.
Los ingredientes de estos bocadillos salados se cambian por el pan de torrija y otros ingrediente dulces renovando el aspecto de este postre tradicional.
