A sus 46 años, Santiago Duque Alcalde es uno de los múltiples agricultores con los que trabaja Netasa para la elaboración y producción de su afamado Pimentón Ahumado La Chinata, cuya campaña 2014 está a punto de comenzar. Natural del Valdeíñigos de Tiétar, una pequeña localidad cacereña dedicada casi exclusivamente al sector agrario de poco más de 200 habitantes.
La subida de los costes sigue siendo el principal caballo de batalla con el que tienen que lidiar cada año que hace que “ganemos casi lo mismo que hace quince años en la misma actividad”, por ello comenta que “tenemos que compaginar la labor de la recogida y secadero de pimientos con otras tareas, en mi caso, me dedico también a temas forestales, labores de mantenimiento del campo, reforestación, cortafuegos, etc…”.
La actual campaña de recogida se presenta “tardía, aún faltan unos 20 días para empezar a recogerlo” comenta Alcalde que ya se prepara para el aluvión de trabajo “en poco tiempo hay que realizar muchas labores, aunque lo más duro es la recogida”. Posteriormente, tras varios días de recolectar los pimientos rojos, llega el momento de llevar el producto a los secaderos “donde hay que estar pendiente de la lumbre para que no se apague y darle varias veces al día la vuelta a los pimientos”.
Los frutos son recogidos maduros, sanos y limpios durante los meses de octubre y noviembre. El proceso de recolección se realiza a mano, dada la delicadeza que esta tarea requiere. Del campo, los pimientos son transportados de inmediato a los secaderos situados en las propias instalaciones de los agricultores. El proceso de secado es completamente artesanal, utilizando para el mismo la combustión de madera de encina o roble. Tras unos 10 días de secado, los pimientos son enviados a las instalaciones industriales.
Netasa a través de sus instalaciones propias en Plasencia, se encargará del proceso industrial para la elaboración del Pimentón que comienza con una primera fase de limpieza y trituración. Posteriormente, el pimiento se dirige al sistema de molienda, compuesto por ocho molinos que funcionan friccionando dos piedras de granito. A través de las mismas va pasando el polvo del pimiento hasta conseguir el grado justo de molienda.
Una vez finalizado dicho proceso, y tras un enfriado previo, el pimentón se almacena en cámaras frigoríficas para su perfecta conservación. De esta forma, se consigue que, una vez envasado, el producto llegue a manos de los clientes con sus propiedades organolépticas intactas.
