La provincia de Córdoba está situada en el sur de España, y debido a su situación geográfica ha sufrido influencias muy importantes de las diferentes culturas que a lo largo de la historia ocuparon su territorio.
Los romanos introdujeron la utilización del aceite de oliva en la gastronomía cordobesa, y asentaron las bases de la cocina de carácter mediterráneo que impera en la provincia. Tras el paso de los romanos, los árabes utilizaron nuevos ingredientes tan característicos como el vinagre, el pan rallado, el ajo, perejil o azafrán y otras especias. También introdujeron la utilización de los frutos secos en la cocina, así como su gusto por las verduras y la repostería fina. Con la reconquista, los cristianos volvieron a tomar la provincia y se comenzó a consumir mayor cantidad de carnes y guisos.
Al ser una provincia de interior, los productos de la huerta cordobesa y las carnes son los ingredientes autóctonos más característicos de la gastronomía. Los platos más característicos son el gazpacho andaluz y el salmorejo, ambos elaborados con tomate. Dependiendo de la zona hay diferentes recetas de estos platos típicos como el ajo blanco cordobés o el carnete.
También son muy tradicionales recetas con verduras frescas como el picadillo cordobés, preparaciones con alcachofas y las joecas, que son patatas en salsa. La provincia también produce legumbres de alta calidad, como los garbanzos y las habas, con las que se elaboran potajes típicos como el amonás.
La matanza del cerdo deja buenos embutidos y salazones de carnes como los jamones de cerdo ibérico del Valle de los Pedroches, la caña de lomo, el salchichón de Pozo Blanco y las morcillas de Fuente Ovejuna e Hinojosa.
Entre los guisos más característicos destacan el estofado de rabo de buey y el cordero en caldereta. También el cordero a la miel, que es una receta árabe que ha perdurado en la tradición cordobesa. Y es muy habitual encontrar en lugares de tapas los flamenquines, que son filetes de lomo de cerdo enrollados, con jamón serrano y queso dentro, empanados y fritos.
En cuanto a la repostería, destaca el pastel cordobés, elaborado con hojaldre y cabello de ángel. También se produce de manera artesanal membrillo. Córdoba cuenta también con zonas de producción vinícola, la más conocida es la del vino amontillado de Montilla-Moriles.
Redacción: Gastronomia.com
