Preservar el medio ambiente se ha convertido en uno de los objetivos fundamentales de gobiernos, instituciones nacionales e internacionales. Cada día descubrimos pequeñas iniciativas que nos hacen tomar conciencia de que la mentalidad, en este sentido, tiene que cambiar: suprimir el papel en la medida de lo posible, reciclar basuras, etc.
El mundo de la gastronomía no es una excepción y muchos fabricantes han de adaptarse a los nuevos tiempos. Por ejemplo, los de agua embotellada en San Francisco han comprobado cómo, desde el pasado 4 de marzo se han comenzado a tomar medidas con el objetivo de acabar con la venta de este producto en envase de plástico.
La idea fue de David Chiu, presidente de la Junta de Supervisores del Condado de San Francisco. La propuesta fue estudiada por los gobernantes que durante nueve meses valoraron los beneficios de no tener ningún desperdicio de estas características. Para alcanzar el objetivo, se danun plazo de cuatro años en los que las botellas de plástico se irán eliminando paulatinamente de los supermercados.
Se espera que el objetivo quede cumplido en 2020. En ese año, cada ciudadano deberá acudir a unos dispensadores de agua potable públicos y gratuitos que se están habilitando, y rellenar su propia botella, consumiendo al gusto.
Es cierto que la medida tiene sus excepciones: se podrá vender en puntos donde no halla una fuente de agua potable cercana, en eventos a pequeña escala cuya organización depende de la venta de agua. Fabricantes y vendedores han de tener los ojos bien abiertos y ser cuidadosos, pues las multas, en caso de incumplir esta medida, podrían llegar a los 1.000 dólares.
REDACCIÓN gastronomia.com