La llegada del buen tiempo anima a los más optimistas y desesperados por el invierno a ir pensando en disfrutar de las comidas al aire libre. Y, por supuesto, una buena barbacoa, por ejemplo, se disfruta más maridándola con unas buenas copas de vino. Es aquí donde radica el dilema para mucha gente: ha de tenerse cuidado al transportar las botellas, pues corremos el riesgo de que se rompan. Eso por no hablar de los más ecologistas, que piden una alternativa al cristal.
La empresa británica Truett-Hurst precisamente está trabajando ya en una botella de papel que sirva para embotellar el vino. Ésta recibe por nombre PaperBoy, y está formada por una carcasa exterior de papel, a la que se puede pegar sin problemas el etiquetado correspondiente, y que se ha moldeado hasta darle la apariencia de una botella de vino.
Por dentro, PaperBoy está recubierta con un forro de plástico. Sus fabricantes alaban las ventajas de PaperBoy: pesa muy poco, y desde luego mucho menos que las de cristal –un 85% menos- tiene una capacidad de 750 ml y conserva perfectamente todas las propiedades de un buen vino aunque se mueva en un viaje. Además, a la hora de transportarla, y dado su menor peso, hace que los camiones ahorren en combustible, lo que beneficia el medio ambiente.
REDACCIÓN gastronomia.com