Qué ricos y qué versátiles son los huevos. Hoy te queremos enseñar sus nueve elaboraciones más básicas. Además de deliciosos, los huevos son ricos en proteínas y nutrientes esenciales para nuestra dieta, así que si te diviertes comiéndolos y cocinándolos, ¡tanto mejor!
Huevo frito
Necesitamos usar abundante aceite muy caliente. La operación es sencilla, aunque cuidado con el aceite porque puede saltar y quemarnos. Cascamos el huevo y lo echamos con delicadeza, si es a ras de aceite mejor para evitar que el aceite salte. Lo más arriesgado es intentar que no se rompa la yema. Sazona y con una espumadera vierte el aceite caliente sobre la yema para que cuaje. Recoge con la espumadera y asegúrate de escurrir bien el aceite.
Huevo a la plancha
Similar al huevo frito, la diferencia estriba en el aceite. Para cocinar un huevo a la plancha sólo emplearemos unas gotas de aceite para asegurarnos que este no se nos pega a la sartén.
Huevo al plato
Se prepara en una cazuela de barro. Vertemos una cucharadita de aceite y lo ponemos al calor en una placa difusora. Si no disponemos de una podemos utilizar el horno situando nuestra cazuela justo en el medio. Cuando el aceite esté caliente, cascamos el huevo sobre el recipiente y dejamos cuajar despacio. Se sazonan y se sirven al momento.
Huevo duro
Introduce tu huevo en un recipiente con agua, sal y un chorrito de vinagre. Déjalo cocer durante 10 minutos desde que el agua empiece a hervir. Sácalos después. Pásalo por un chorro de agua fría antes de sacarle la cáscara. Evitará que te quemes y además ésta saldrá mejor. Truco: cáscalo sin miedo para que pelarlo sea más sencillo.
Huevo escalfado
Para cocinar un huevo escalfado tiene que estar muy fresco. Asegúrate introduciéndolo en un bol con agua, si se hunde será que es fresco. Si flota no. Pon a calentar agua en una olla, añade sal y un chorrito de vinagre. Introduce el huevo cuando rompa a hervir cascándolo previamente. Un truco para que salga mejor es cascándolo primero en una taza y volcándolo después. Utiliza una espumadera para que la clara envuelva a la yema. Sácalo a los tres minutos.
Huevo pasado por agua
Ponemos al fuego un recipiente con agua, nuestro chorrito de vinagre y una pizca de sal. Introducimos el huevo y dejamos cocer durante tres minutos. Pasado ese tiempo, lo sacamos del agua y enfriamos con un chorro de agua fría.
Huevo mollet
Tiene una técnica parecida al pasado por agua, pero la diferencia es que aquí los dejamos cocer en bastante agua con sal durante cinco minutos. El resultado es que la clara se cuajará por completo, pero la yema quedará líquida. Transcurrido ese tiempo los sacamos y ponemos bajo un chorro de agua fría para pelarlos.
Huevo revuelto
Es una de las formas más divertidas de preparar un huevo. Necesitamos una sartén antiadherente y una pizca de aceite. Cuando esté caliente, con un fuego bajo, cascamos el huevo, primero la clara para que cuaje antes y luego la yema, que mezclaremos con la clara, removiendo de forma continuada con una cuchara de madera.
Tortilla
Si la hacemos sólo con huevo se llama francesa. Para hacerla batimos el huevo y ponemos al fuego una sartén antiadherente con un chorrito de aceite. Cuando esté caliente, echa el huevo batido y deja que cuaje. Con la ayuda de un tenedor levantamos por los bordes y doblamos a la mitad, para que poco a poco se vaya cuajando y formando nuestra tortilla.
REDACCIÓN gastronomia.com
