Las aceitunas son uno de los aperitivos más degustados en bares y cafeterías de toda España. De aplicación en la dieta mediterránea, este fruto del olivo se configura como un alimento con un alto valor nutricional, aportando al organismo vitaminas, fibra, minerales y ácidos grasos esenciales. Rellenas, con hueso, deshuesadas, aliñadas… cada una de las diferentes variedades que existen son consumidas en grandes cantidades pero, ¿sabes por qué unas son verdes y otras negras?
Por lo general, la respuesta es simple; todo depende del periodo de maduración de la oliva.
Las aceitunas verdes son recolectadas cuando todavía no están maduras y bañadas en salmuera para reducir su amargo sabor. Su textura es más dura que la de las negras. Por su parte, éstas son seleccionadas cuando se encuentran completamente maduras, su aspecto es más carnoso que el de las primeras y su sabor es más delicado y suave.
Con respecto a su aporte nutricional la característica más destacada es sin duda que las aceitunas verdes presentan la mitad de calorías que las negras. La segundas han estado madurando durante más tiempo, razón por la cual su contenido en aceite, y por lo tanto también en grasas, es más elevado.
No obstante no debemos olvidar que ambas clases conforman la materia prima esencial para la elaboración del aceite de oliva y que se encuentran compuestas por altos niveles de ácido oleico, un ácido monoinsaturado que sirve para reducir los niveles de colesterol y prevenir enfermedades relacionadas con el corazón.
REDACCIÓN Gastronomia.com