Para ser todo un experto en vinos no sólo debemos conocer las añadas más populares y los caldos más premiados sino que además, tenemos que dominar a la perfección el vocabulario relacionado con la enología y el mundo vinícola. Si la semana pasada os mostramos algunos términos gastronómicos para la buena cocina, hoy queremos hacer un repaso por el diccionario que os convertirá en todos unos expertos sobre el vino.
- Astringente: Un vino es definido bajo este adjetivo cuando parece agarrarse a lengua y paladar, dejándolos como ásperos y rasposos por su elevado contenido de taninos. Una característica que suele aparecer en caldos poco maduros que se van suavizando con el tiempo.
- Tanino: Ácido procedente de los hollejos de las uvas y del roble de los toneles de maduración y que se incorporan al vino en su proceso de crianza y elaboración.
- Carnoso: Este vocablo se refiere a vinos con buen cuerpo y bien conjuntados que ofrecen una sensación de plenitud en la boca cuando son degustados.
- Elegante: Un vino noble, equilibrado y armonioso, sin un marcado predominio de unas notas frente a otras. Un término que habla de la delicadeza de un caldo en el que se puede distinguir a la perfección los aromas principales de los secundarios.
- Hollejos: Pieles de la uva que envuelven su pulpa y parte carnosa y en donde se encuentran los pigmentos que dan color a los vinos rosados y tintos.
- Maderizado: Un caldo maderizado es aquel que al pasar demasiado tiempo en contacto con el roble del tonel en el que envejece se vuelve demasiado maduro. El término proviene de los aromas típicos de los vinos de Madeira, que cuentan con un elevado grado de oxidación. Aunque no hayan estado en contacto con la madera,son vinos que evocan sensaciones relacionadas con ésta en el momento de catarlos.
- Postgusto: También conocido como retrogusto es el recuerdo o persistencia del sabor una vez el trago haya pasado el último tramo del paladar.
REDACCIÓN Gastronomia.com