Pimientos, chiles o guindillas son algunos de los productos de la naturaleza que pueden llegar a hacer enrojecer a los foodies más apasionados de la gastronomía picante. Un tipo de comida a la que sólo puedes amar u odiar y que se utiliza en cientos de platos y recetas desde hace siglos. Tras numerosos estudios que aseguran que estos alimentos son, siempre en su justa medida y con moderación, más beneficiosos para la salud que perjudiciales, existen todavía muchos detractores que afirman que esta cocina sólo puede ocasionar problemas gástricos y estomacales.
Por eso y para aquellos que aún no estéis convencidos al 100% sobre las ventajas de aderezar vuestros platos con algún condimento de esta clase, queremos enseñaros cuáles son algunas de las salsas más picantes que hay en el mundo, sus múltiples usos y propiedades.
El tabasco es uno de las salsas picantes más temidas y conocidas. Hecha a base de chile tabasco rojo, agua, sal y vinagre, fue inventada a mediados del S.XIX por Edmund McIlhenny, un ex-banquero afincado en el estado de Luisiana que comenzó a distribuirla entre familiares y amigos. Muy utilizado en la gastronomía tradicional mexicana, es uno de los condimentos que mayores cantidades de potasio y magnesio presenta, además de altos contenidos en vitamina A y antioxidantes y muy pocas calorías.
Por su parte, el wasabi es una raíz que proviene de una planta que lleva su mismo nombre. Usada normalmente en la cocina japonesa como aderezo de pescados crudos, es también uno de los mejores complementos de la salsa de soja y el sushi. El wasabi es quizás, uno de los alimentos que mayores beneficios presenta para la salud, siendo bueno para los catarros o las afecciones pulmonares como el asma. Sus altos niveles de vitamina C cuidan de nuestro organismo, piel y huesos y algunas investigaciones científicas han establecido que presenta propiedades anticancerígenas y que podrían prevenir la formación de coágulos de sangre.
Por último, el mojo picón, la típica y famosa salsa canaria sirve como acompañamiento, entre otros, de patatas o «papas» y carnes. Elaborada a base de ajo, vinagre, aceite, perejil, comino, pimentón, agua y azafrán pueden distinguirse varios tipos de mojos, como el verde o el rojo. El origen de su uso se pierde en el tiempo pero sus propiedades aromáticas son muy populares entre los habitantes de las islas, que no dudan en acompañar sus platos con esta peculiar salsa.
REDACCIÓN Gastronomia.com
