Un consumo moderado de frutos secos no conlleva aumento de peso, es más, es recomendable su uso diario. Son dos de las ideas que ha puesto sobre la mesa el científico Joan Sabaté. Él asegura que este es el fruto de más de 20 años de estudio e investigación en torno a los beneficios que estos productos pueden reportar a nuestro organismo.
Sabaté es catedrático de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Loma Linda (California). Él ha estado recientemente en España para explicar a aquellas personas que todavía tienen reticencias a comerlos que una de las razones por las que no engordan es porque al hacerlo, dejamos de ingerir otras cosas. Además, apunta, aceite que aporta un fruto seco masticable y con fibra hace que entre el 10 y 20 % de grasa nunca llegue a nuestra sangre.
Este investigador ha participado en un simposio organizado por el Consejo Internacional de los Frutos Secos dentro del XX Congreso Internacional de Nutrición que hoy se clausura en Granada tras seis días en los que más de 4.000 expertos y setecientos ponentes han tratado los avances en la investigación nutricional.
Este experto también apunta que las nueces son el fruto seco que mejor se complementa con la dieta mediterránea, mientras que en una dieta anglosajona es más recomendable el pistacho, las almendras o las avellandas.
Así, en los últimos veinte años, tras diferentes estudios, como los precursores de la Universidad de Loma Linda, se ha ratificado que comer regularmente frutos secos (30 gramos diarios es la cantidad recomendada) disminuye en un 50 por ciento el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o de morir de una cardiopatía isquémica. Los resultados se publicaron en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine en un momento en el que la fama de los frutos secos era que al ser ricos en grasas, engordaban.
Pero la abrumadora mayoría de las investigaciones (el más reciente es el estudio PREDIMED) apuntan a que comer un puñado al día disminuye un 10 por ciento del colesterol malo y no varía el bueno, mientras que los triglicéridos también bajan, reduciendo así el riesgo cardiovascular.
REDACCION gastronomia.com
