Un té típicamente inglés

Pensamientos gastronómicos
Lecturas y productos gastronómicos que ponen a funcionar nuestras neuronas

Pensamientos gastronómicos

Publicado por | 27 de mayo de 2014
Valoración  (0)
Un té típicamente inglés
Vuelvo al teatro, esta vez para ver el estreno del nuevo ballet de Christopher Wheeldon, A Winter’s Tale, basado en la obra de teatro homónima de Shakespeare. De nuevo, el coreógrafo inglés escoge como compañeros de viaje al compositor Joby Talbot y al figurinista Bob Crowley y nos muestra su creación a través de la compañía del Royal Ballet. Espectacular. Esa fue mi primera impresión. Pero, necesito oír detenidamente la partitura y ver el ballet de nuevo para poder apreciarlo en detalle. Edward Watson, Lauren Cuthbertson, Federico Bonelli, Sarah Lamb y mi admirado Steven McRae, interpretan los papeles principales. Un lujo de cartel: cinco primeras figuras en un mismo ballet. Un jocoso detalle relacionado con la alimentación de las bestias —y con la deficiente formación en Geografía de los literatos isabelinos—: en las «costas de Bohemia», un oso se come a un cortesano siciliano. Carne cruda de cortesano... Sabrá a gloria.

La labor artística del tándem Wheeldon-Talbot es digna de elogio. Coreografiar y poner música a obras maestras de la literatura no está al alcance de todos. Bueno, no quiero ser injusta y dejar de mencionar El sombrero de tres picos, con música de Falla y coreografía de Léonide Massine, estrenada por la compañía de Les Ballets Russes capitaneada por Serguei Diaghilev; o Bodas de sangre y Fuenteovejuna, de nuestro gran Antonio Gades… Pero, no quiero seguir por aquí, que me desvío.

El caso es que la interpretación de Florizel de Steven McRae me lleva a recordar su brillante actuación como el Sombrerero Loco en Alice’s Adventures in Wonderland, en un número de claqué demoníaco, en el que Wheeldon quiso convertir al mad hatter en el mad tapper (claqué es tap, en inglés). Me encanta el atrezo de este número: un juego de té de porcelana blanca, una gran tetera donde esconder al ratoncillo adormilado y un scone y un sponge cake gigantes. Pero, ¿dónde están los sándwiches de pepino? Sí, ¿esos magníficos sándwiches de pepino, los preferidos de Lady Bracknell que su sobrino Algernon Moncrieff se zampó antes de tiempo en The Importance Of Being Earnest?

En la época de Lewis Carroll era de rigor presentar en la mesa de té una fuente de varios pisos con sándwiches, scones, sponge cakes, y pastelitos de frutas, así como una fuente de crumpets calientes con mantequilla. Para tomar los scones, un cacharrito de mermelada casera y otro de clotted cream, un tipo de nata deliciosa que procede de los condados de Cornualles y Devonshire, que se obtenía batiendo la nata de la leche en un cacharro esmaltado hasta que se cubría con una costra. Hoy puede comprarse ya preparada.

No sé si la clotted cream que nos sirvieron en Shillinglee era casera o comprada, pero doy fe de que era deliciosa. La verdad es que nos gustó muchísimo recibir una invitación para celebrar el cumpleaños de nuestro amigo M. con un afternoon tea with croquet on the lawn. ¡Qué maravilla de plan! En plena campiña inglesa, en el condado de West Sussex, y en una casa magnífica, construida a finales del siglo XVIII por Lord Winterton, nos sirvieron un té puramente británico, en el que los anfitriones tuvieron el acierto de trocar el té por Pimm’s, un cóctel delicioso que debemos a la imaginación de James Pimm que ideó servirlo en 1840 en su restorán londinense y lo embotelló en 1859 como Pimm’s Cup No. 1: ginebra diluida en limonada y hielo y aderezada con limón, flores de borraja y piel de pepino.

Sándwiches de gambas y curry, de huevo duro, berros y mostaza y, cómo no, de pepino, pero con un toque especial: sal Maldon. Coloridos fondant fancies, scones, tarta de limón con merengue y tarta Victoria sponge rellena de frambuesa con las velas, en un guiño a las preferencias de la reina Victoria. Y, en ese preciso momento, justo cuando M. se disponía a soplar las velas… ¡se divisa un helicóptero en el horizonte que aterriza en el jardín! Yo también quiero que por mi cumpleaños me inviten a sobrevolar en helicóptero el Canal de La Mancha. En fin…

Que ¿cómo quedé en la partida de croquet? Pues mal, hice perder a mi compañero de equipo y tuve la peor puntuación. Claro, no jugaba ni con flamencos como mazos ni con erizos como pelotas. Y no pude decir: «¡Que les cooorten la cabeza!».

Covadonga de Quintana
Editorial Tejuelo
@CovadeQuintana
© Fotografía de la autora: Balabasquer
FacebookTwitterLinkedin

Valora esta noticia 

 

Vídeos
NOTICIAS
La canción de la vendimia
EN la famosa serie de TVE "Cuéntame" hacen un homenaje a la vendimia en la que cantan sus protagonistas una canción sobre la recogida de la uva