La mecánica de los premios Gourmand es la siguiente: hay una primera fase en la que se deciden los mejores libros por países. Hay varias categorías ―libros sobre cocinas del mundo, libros sobre chefs y profesionales de la gastronomía, el mejor libro de los alumnos de Cordon Bleu o el mejor libro gastronómico infantil― y no hay más requisito para presentar un libro a la convocatoria que se haya publicado en el año en curso. Estos premios nacionales se anuncian a finales de año y a su condición de premiados se une la de finalistas para la mención Best in the World.
Los premios mundiales se anuncian y entregan en un acto que suele celebrarse en la primavera del año siguiente en una ceremonia multitudinaria. Desde 1995 hasta este año se han entregado en diferentes partes del mundo. En 2014 la ceremonia se celebrará en Pekín a mediados de mayo, haciéndola coincidir con la feria del libro gastronómico más importante del mundo, también auspiciada por la Gourmand World Cookbooks Awards.
Creo que la tinerfeña Lourdes Soriano y Benítez de Lugo es de las pocas autoras de libros de gastronomía que ha recibido tres premios Gourmand en diferentes categorías: al libro más innovador del mundo, una mención al libro mejor ilustrado y al mejor libro infantil de gastronomía escrito en español, galardón que acaba de recibir por Cocina las letras con el principito, lo que no es de extrañar dada la seriedad de su trabajo. Se trata de libros serios, sesudos y a la vez muy entrañables, características que no se encuentran fácilmente en la actualidad.
Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de La Laguna, Lourdes dedica su vida al estudio y a su familia. Durante treinta años ha impartido clases de Lengua y Literatura en Santa Cruz de Tenerife y su sólida formación, su experiencia y carácter didáctico se notan en sus escritos, en los que, con un estilo muy personal, mezcla literatura, ortografía y cocina.
Y, ¿cómo encontró la receta en la que ese «maridaje» de ingredientes funciona tan bien? Cuenta Lourdes que algo fortuito le llevó a escribir su primer libro, Aprenda con la cocina literatura, ortografía, vocabulario gastronómico… con el mejor recetario de cocina. Encontró unas cuartillas sobre temas culinarios cuajadas de faltas de ortografía. «¿Quiénes han estado en este aula antes?», preguntó. «Los de FP de hostelería», contestó alguien. «No puede ser…».
Comenzó entonces a pergeñar un libro de cocina en el que aparecieran breves lecciones de ortografía, aderezadas con algunas notas sobre literatura. Aprenda con la cocina es un libro brillante. 400 páginas repletas de repletas de información gastronómica, en el que hay una mezcla de estilos y conceptos que le dan un toque muy personal. Se nota que subyace una minuciosa investigación.
Cada capítulo está formado por un poema sobre una receta que ha escrito Lourdes, un truco de cocina, una sugerencia sobre la presentación de la receta, un glosario de términos gastronómicos, un truco de ortografía, la explicación de algunos recursos literarios, y lo que más me gusta del libro: un apartado titulado «Algo de literatura», en el que nos presenta una selección de poemas dedicados a la gastronomía. Por este apartado pasan desde García Lorca a Jorge Manrique o el Arcipreste de Hita (también hay un poema de Gloria Fuertes).
Y se aprende, desde luego que se aprende. ¿Sabía usted que la forma en que empanamos en España es el «empanado a la inglesa»? Yo creí que la fórmula procedía de Andalucía… Resulta que no. Y se repasan los conceptos literarios que aprendimos en el colegio y que están en la recámara de nuestro cerebro. Así que si quieren aprender cómo se hace una fabada monorrima, cómo se fríen las croquetas con sonetos o cómo se puede servir el helado de mango entre odas, lean Aprenda con la cocina que recibió el Premio Gourmand al libro más innovador del mundo de 2002.
Con Fábulas culinarias con moralejas en su salsa, Lourdes Soriano dio rienda suelta a su sentido del humor. Son fábulas excelentes y ya solo el título merece un comentario. El libro, publicado en 2004, cuenta con unas maravillosas ilustraciones ―«borrominas»― de Fernando Garcirramos, y mereció la tercera mención al libro mejor ilustrado del año en los premios Gourmand. Con una fuerte carga autobiográfica Lourdes Soriano repasa anécdotas culinarias familiares. Los que conocen a la familia Soriano y Benítez de Lugo y los que no, se divertirán muchísimo leyéndolo, porque rezuma ingenio.
Veamos la fábula dedicada al solomillo, en un capítulo en el que se advierte que la correcta utilización del léxico gastronómico refleja la cultura:
Este es un hecho real
que me contó la carne
tú lo podrás escuchar
si callas y dejas que hable.
«Tengo nombre y apellidos
pero muy pocos lo saben.
Si mi nombre es solomillo,
¿por qué me llaman solo carne?
Apellídenme à la broche,
roast beef, steak o Chateaubriand,
emincé o tournedó,
Wellington… y mil más…
Te voy a contar el caso
que pasó con un filet mignon,
con tu pariente lejano,
ya me darás la razón.
Muy bien puesto en su bandeja
con guarnición de verdura,
a un joven con voz muy queda
el camarero pregunta:
“Señor, ¿quiere solomillo?”
“¡No! Póngame también carne.
No me ponga solo millo”».
Covadonga de Quintana
Editorial Tejuelo