Si tienes la suerte de ir de viaje a Brasil, no puedes irte sin probar una buena Feijoada, uno de los platos más típicos de la cocina carioca, considerado todo un icono de la gastronomía nacional. Hecho con frijoles negros, costillas de cerdo, longaniza, tocino ahumado y arroz y aderezado con cebollas, tomates, ajo y pimienta negra, la feijoada tiene su origen en los tradicionales guisos portugueses. Los días más comunes en los que se degusta son los miércoles y los sábados.
Lo más característico de la gastronomía chilena es la combinación de los productos de la cocina tradicional indígena con otros alimentos de la cocina europea. Uno de los platos más conocidos es el Pastel de choclo, hecho a partir de una pasta horneada de granos tiernos de maiz. Normalmente, se prepara en un recipiente de arcilla en el que se mezclan leche, un poquito de carne, aceite, cebollas, albahaca y alguna que otra especia como orégano o pimentón dulce.
Aunque muy sencillo y simple, la Arepa es definitivamente el plato típico de la cocina venezolana. Hecha a base de harina de maiz, se come caliente y se suele rellenar de carne, queso, jamón, huevos o algún vegetal. En el país existen numerosos restaurantes especializados en la elaboración de este plato, las areperas.
Por último, no podíamos terminar este viaje sin uno de los platos más consumidos en Argentina, el Locro, un guiso muy común del invierno elaborado a base de carne, patatas, legumbres y maiz y que tiene orígenes andinos.
REDACCIÓN GASTRONOMIA.COM
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