La atención al cliente puede decidir la vida o la muerte de nuestro restaurante. A través de las redes sociales y las nuevas tecnologías, un comensal insatisfecho puede dinamitar el prestigio de un local en cuestión de horas. ¿Cómo evitarlo? A veces tan sencillo como en practicar algo que Ángel Benavente, profesor de la Escuela Superior de Hostelería de Galicia, califica como «higiene emocional».
En opinión de Benavente «la parte de la sala está empezando a adolecer» precisamente en esos intangibles humorísticos. El estado de ánimo con el que atendemos a un cliente de nuestro restaurante puede ser determinante en su percepción de un servicio correcto. Y una sonrisa puede cambiarlo todo. «Hay que dejar nuestros problemas en la taquilla».
«El objetivo de mi trabajo es que usted sea feliz». Ése debería ser nuestro lema. Anticiparnos a las necesidades de los clientes es uno de los puntos que destaca este profesor de hostelería. Estar pendientes desde que una persona entra en la sala y no dejar de estarlo hasta que se va. La actitud correcta del personal de un restaurante redundará en las ventas, no hay que olvidar que es el personal el que vende.
REDACCIÓN Gastronomia.com
Publicado por Gastronomia.com | 13 de septiembre de 2013
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