El plato nacional para muchos es el foul, que puede recibir diferentes denominaciones según la zona, como por ejemplo «Ful Madammas» o «Foul Madammes». Este consiste en una mezcla de habas guisadas a fuego lento a la que, posteriormente y antes de servir, se le añade una especie de pasta hecha a base de ajo y aceite. Se presenta siempre en un plato de cobre y se puede acompañar de un pan de pita conocido como shami. Es quizás la comida preferida durante la época de Ramadán, debido a su alto aporte calórico. ¿Te animas a prepararlo en casa? Te dejamos aquí su receta.
La molokheya es otro de los platos estrella, quizás por la cantidad de beneficios para la salud que aporta, al contener nutrientes como el magnesio, vitamina C, K y E, minerales o antioxidantes. Tanto es así que muchos lo consideran afrodisíaco. Consiste en una sopa que se compone de la hierba molokheya, pimienta y ajo; y que se acompaña normalmente de arroz y pollo en trocitos. Por esta combinación, ofrece una mezcla de sabores fuertes con un aroma delicado. Al igual que el ful, contiene muchas calorías. Sigue los pasos de esta receta.
El tabbouleh es una ensalada de sabor ácido compuesta de perejil, sémola de trigo, menta, hierbabuena, trigo, zumo de limón, tomates, aceite y sal. Como era de esperar, es una receta mucho más ligera y refrescante y por eso más apropiada en épocas de altas temperaturas.
En cuando a las bebidas,lo más común es un licor bastante fuerte tanto en sabor como en olor llamado ersoos, o bien el zahib, una especie de orujo. Para los más sanos no habrá mejor como los variados zumos de frutas, de todos los sabores y colores.
REDACCIÓN Gastronomia.com
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