¿Hasta qué punto influye el olor en nuestra decisión de compra? Desde hace un tiempo cada vez son más las empresas que recurren a una rama del marketing que pretende aumentar las ventas a través de los aromas. Esta permite convertir un producto o espacio en algo más atractivo a los ojos del cliente.
Los olores nos provocan sensaciones y nos hacen recordar situaciones ya vividas, por ejemplo de la infancia. Estudios como el de la Universidad de Rockefeller, que afirman que somos capaces de memorizar alrededor de un 35% de los olores, lo prueban.
Sin embargo, y para que la acción sea efectiva, se debe estudiar con detenimiento el tipo de aroma. Este debe ser ante todo sutil, que no sature al consumidor. Por ello quedarán totalmente descartados los que recuerdan a productos de limpieza o ambientadores exageradamente fuertes. Algunos ejemplos de empresas que han conseguido multiplicar sus ingresos gracias al marketing olfativo son Dunkin' Donuts y Disneylandia.
La cadena multinacional especializada en donuts realizó en Corea del Sur una acción para diferenciarse de las muchas cafeterías que tiene como competencia. Se colocaron en varios buses pulverizadores con aroma a café, que lo desprendían cada vez que se reproducían cuñas de la marca. Posteriormente, y para ganar eficacia, el medio de transporte hacía sus diferentes paradas en lugares próximos a sus puntos de venta.
Los parques temáticos de la factoría de dibujos animados ambientan sus espacios con aroma a palomitas para incitar a sus visitantes a consumir. Aparte, y para conseguir que sus atracciones sean más realistas, también se han ideado olores a goma quemada o pólvora.
En Helsinki una empresa de marketing quiso conocer el impacto de esta técnica en restaurantes y bares, colocando ambientadores con olor a licor. Tras haber analizado las ventas en todos ellos, se pudo comprobar que habían aumentado de forma considerable.
REDACCIÓN Gastronomia.com
Publicado por Gastronomia.com | 23 de octubre de 2013
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