Bien es cierto que consumir productos procedentes de diferentes partes del mundo ayuda a que nuestros platos sean más apetecibles, con una rica variedad tanto en colores como en sabores. Sin embargo, tras este aspecto tan positivo se encuentran otros que pueden afectar en gran medida al entorno en el que vivimos y a nuestra salud, como por ejemplo, las altas emisiones de CO2 resultantes del transporte de miles de kilómetros de la mercancía de un destino a otro.
Es así como ha surgido una nueva forma de alimentación, el locavorismo, que defiende el consumo de productos de cada localidad. El radio marcado que determina el área de lo que es local y lo que no depende de cada lugar, siendo por ejemplo de 160 km en Reino Unido. En este país el movimiento se encuentra ya asentado y crece a pasos agigantados, debido quizás a los «local foods», es decir, programas de becas con los que se subvencionan proyectos que ayudan a promover el consumo de este tipo de productos.
Entre las ventajas del locavorismo encontramos que:
- Los productos son más frescos y sabrosos.
-También son más sanos, al transcurrir menos tiempo entre el momento en el que son recogidos y cocinados.
-Se respetan las estaciones de año.
-Se promueve el comercio y la economía de cada zona.
-Se evitan problemas derivados del transporte, tanto las emisiones de CO2 como las enfermedades que surgen de este tráfico internacional.
Después de esto, ¿te unes al movimiento de los locavores?
REDACCIÓN MENÚS.ES
IMAGEN DE blogs.sfu.ca
Publicado por Gastronomia.com | 11 de junio de 2013
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