El horno es una de las herramientas más importantes para elaborar recetas de repostería, ya que la mayor parte de las creaciones necesitan de su calor para ser elaboradas. Para conseguir los mejores resultados es imprescindible conocer bien su funcionamiento y cuáles son los diferentes grados de cocción adecuados para cada tarta o pastel. Aunque no es posible establecer unas normas universales, si existen algunos consejos que debemos tener en cuenta a la hora de cocinar dulces.
- Antes de introducir en el horno cualquier tipo de postre, debemos calentarlo previamente durante al menos unos quince o veinte minutos, para que el tiempo de horneado de la receta sea después el adecuado.
- Cuando tengamos un bizcocho o cake dentro, debemos procurar no abrir la puerta con frecuencia, sobre todo al comienzo de la preparación, puesto que la pérdida de calor podría dañar el plato. Esta sugerencia ayudará a que la masa crezca de forma apropiada.
- Es recomendable conocer las diferentes expresiones que hacen referencia a las temperaturas del horno. El término «horno suave» incluye temperaturas que oscilan entre los 100 y los 125 grados, mientras que las palabras «horno moderado» engloban las comprendidas entre los 125 y los 175. Por otro lado si las instrucciones de una receta nos indican que establezcamos una temperatuta de 175 a 225 grados, estaremos utilizando el horno a temperatura fuerte.
- Otro tip que puede servirnos de ayuda es adecuar la temperatura del horno al molde que vayamos a utilizar. Cuando usamos moldes de gran tamaño lo mejor es no calentar las preparaciones a más de 180 grados. Tomando como referencia unos 15 cm de diámetro podemos calentar nuestros dulces en estos recipientes a 180 grados, pero si utilizamos uno de 25 cm, la mejor opción es disminuir la temperatura a unos 160 grados, y así de manera progresiva.
- También es muy importante la elección del tipo de papel que se va a usar. Podemos seleccionar el nuestro entre los clásicos sulfurizados, los antihaderentes o las láminas de teflón. Si no disponemos de ellos siempre nos queda la opción de pintar la bandeja del horno y los moldes con aceite o mantequilla y espolvorearlos con harina.
- Si durante el horneado las magdalenas y bollos se tuestan demasiado y todavía están crudos por dentro, podemos utilizar un papel de aluminio para cubrir la parte superior y evitar así que se oscurezcan demasiado o se quemen.
REDACCIÓN Gastronomia.com
Publicado por Gastronomia.com | 29 de noviembre de 2013
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