Los programas de cocina arrastran las audiencias los martes y los jueves. 19,5% del share se llevó esta misma semana MasterChef. 3,7 millones de espectadores siguieron el programa la noche que expulsaron a la novena concursante, Clara Pérez. El programa de Rtve no es el único que bate récords en los fogones. Con un estilo diferente, Pesadilla en la cocina cosechó la semana pasada un 13,4% de la audiencia, con 2,6 millones de espectadores.

Entre las claves del éxito nos encontramos una que no se le escapa a nadie, la gastronomía está de moda. ¿A qué se debe el fenómeno? Hay teorías para todo, pero lo cierto es que, nos interesamos cada vez más por el mundo de la cocina y del buen comer.

No dejan de ser un reality tanto Pesadilla en la cocina como MasterChef se basan en la telerrealidad. Es imposible no reconocer alguno de los restaurantes a los que acude Chicote, bien porque hemos estado o porque inevitablemente nos recuerda a algún otro con los mismos problemas. También es fácil sentirse identificado con los concursantes de MasterChef, algunos meros aficionados a la cocina que buscan una oportunidad para montar su negocio.

Los programas rápidos nos encantan. Y es que el ritmo frenético es otra de las claves del éxito. No tenemos tiempo de aburrirnos ni con MasterChef ni con Pesadilla en la cocina. La estructura de ambos programas está pensada para que el espectador vea en pocos segundos horas de trabajo. La capacidad de síntesis juega un papel crucial.

Protagonismo social media. Aunque no es un aspecto determinante para el éxito, es incuestionable que tanto Pesadilla en la cocina como MasterChef son programas que han conquistado a los espectadores sociales. La actividad que se genera en redes como Twitter los martes y los jueves invita a otros a seguir el programa y a participar de esa comunidad.

REDACCIÓN MENUS.ES