El restaurante Arrope, ubicado en las bodegas subterráneas del siglo XV del Grupo Yllera, estrena su carta de otoño-invierno con una propuesta que reivindica la cocina tradicional castellana y el producto de temporada, bajo la dirección creativa del chef Nauzet Betancort y el sumiller Roberto Simal.
Sabores que emocionan desde la autenticidad
La nueva carta de Arrope rinde homenaje a la despensa castellana con platos que evocan el recetario popular: legumbres, escabeches, guisos y caza se reinterpretan con sensibilidad contemporánea. Betancort, de raíces canarias, fusiona su identidad con el territorio que lo acoge, creando elaboraciones que conectan memoria y creatividad.
Entre los platos más destacados se encuentran el Torrezno y mojo picón, un snack que une Canarias y Castilla; el Capón de Matapozuelos en buñuelo, inspirado en el cocido tradicional; el emblemático Hornazo; la Trucha castellana con aceite de torrezno; y las Verduras de nuestro entorno con toffee de calabaza, remolacha, cardo y alcachofa.
También brillan las Albóndigas de liebre con espuma de remolacha, una propuesta que condensa el espíritu otoñal de la carta.
Postres con alma de temporada
La propuesta dulce de Arrope mantiene el mismo nivel de sensibilidad y respeto por el producto. Destacan los higos confitados en reducción de verdejo con alcaravea y cardamomo, acompañados de queso azul de Las Cortas; el elegante Tomillo, limón y queso, ya convertido en clásico de la casa; y el meloso Cacao, calabaza y almendra, coronado con pipas garrapiñadas.
“El menú de otoño-invierno es más tradicional, buscamos que cada plato emocione desde la autenticidad del sabor, sin artificios, poniendo en valor el producto y el relato que transmite”, señala Betancort.
Maridajes que narran historias
La experiencia gastronómica se completa con los maridajes diseñados por Roberto Simal, quien selecciona más de 200 referencias vinícolas para acompañar cada plato. La carta de vinos celebra la riqueza del territorio de Rueda, Castilla y León y proyectos nacionales con alma, aportando profundidad y emoción a cada servicio.
“El servicio cercano y el maridaje son parte esencial de la experiencia. Queremos que cada cliente se sienta arropado en un viaje que une vino, gastronomía y hospitalidad”, afirma Simal.
Un enclave único para el enoturismo
Arrope se vive bajo tierra, en las galerías subterráneas del siglo XV del Grupo Yllera, restauradas como espacio de enoturismo. Este entorno histórico convierte cada visita en un viaje sensorial donde cocina, vino e historia se funden en armonía.