Taberna Bandido y Club Misericordia son dos nuevas opciones para iniciar el curso gastronómico de la capital. Los platos más tradicionales se renuevan en una taberna abierta al exterior con barras en las ventanas.
La taberna Bandido acaba de abrir sus puertas (y ventanas) en Madrid, en la Calle Recoletos 11. Es un pequeño y acogedor local que se ha concebido como una taberna castiza que ofrece una carta compuesta de platos tradicionales renovados de la mano del prestigioso chef Javier Moyano, ex jefe de cocina del Hotel Villa Magna.
El local cuenta con una pequeña terraza y con unas barras en las ventanas para poder disfrutar del sol de Madrid en cualquier momento con una buena caña y alguno de sus exquisitos embutidos ibéricos.Y es que, si por algo destaca esta taberna, además de por el secreto que esconde, es por su carta, compuesta, aparte de embutidos ibéricos, de raciones como empanadillas de rabo de toro, los callos a la madrileña, conservas de la mejor calidad, calamares rellenos de butifarra negra, jarrete de cordero lechal glaseado o sopa de cebolla, gratén de parmesano y yema de huevo.
El chef Javier Moyano ha pasado por restaurantes como Lasarte, de Martín Berasategui (tres estrellas Michelin), Sergi Arola Gastro (dos estrellas Michelin), El Serbal (una estrella Michelin); ha dirigido los fogones del restaurante del Hotel Villa Magna; y ha recibido varios reconocimientos a lo largo de su trayectoria profesional, como el Primer Premio del Certamen Gastronómico de la Comunidad de Madrid en 2016, año en el que también fue nombrado tercer mejor cocinero de España en el III Certamen Nacional de Gastronomía, en el marco Culinaria Tenerife 2016.
Para terminar con la propuesta gastronómica, la carta incluye postres caseros elaborados por Paco Torreblanca, reconocido como el mejor repostero del mundo, con una aportación solidaria, ya que un euro de cada uno de estos postres será donado a la fundación El Sueño de Vicky.
MISERICORDIA CLUB
Detrás de una de sus paredes y con un acceso secreto, esta taberna castiza esconde un bar clandestino ubicado en una cueva con rincones de luz muy tenue, bolas de luces, focos de cine y hasta una cama de niño de los años 60.
Un espacio que nos traslada a los antros de la movida madrileña o a un verdadero speakeasy berlinés. Hazte con la llave para entrar o tendrás que conocer a alguien que la tenga para descubrirlo…
Su horario: hasta las 3.00 de la mañana entre semana y 3.30 viernes, sábado y vísperas de festivos.