En los últimos años el arroz inetgral ha tenido buena prensa en Argentina y se viene incorporando paulatinamente, especialmente en platos combinados donde el arroz es un ingrediente más. Las ensaladas son una excelente opción para incorporarlo como alimento más sólido que dará mayor saciedad.
El arroz integral presenta un cierto tono marrón y posee mucha más fibra que el blanco. Se considera que es más natural y que su aporte de fibra, vitaminas y minerales es superior a otros alimentos. De hecho, son propiedades que se pierden si se come arroz refinado, el popular arroz blanco, considerado más astringente que la variedad integral.
El valor nutritivo del arroz integral es considerable porque aporta agua, proteínas, hidratos de carbono, minerales, aceites vegetales, provitamina A, vitamina B1 (tiamina), vitamina B3 (niacina) y vitamina B12 (riboflamina). Es de los pocos y preciados alimentos que contienen por sí mismos los doce aminoácidos esenciales para el cuerpo; su contenido en grasas es bajo y gran aliado para eliminar líquidos.
Aunque a nivel mundial los porcentajes consumidos de arroz blanco pulido superen a los de integral, lo cierto es que el valor nutritivo de ambos es semejante y los dos contienen proteínas de excelente calidad. Sin embargo, tienen diferente tiempos de cocción, más prolongados en el caso del integral porque se trata de un arroz más duro que se recomienda lavar o dejar unas horas a remojo.
Situado en la base de la pirámide alimenticia, se trata de un cereal muy nutritivo que se digiere con facilidad y cuyo componente principal es el almidón. Por sus propiedades, está especialmente indicado en casos de hipertensión, enfermedades renales y dietas de adelgazamiento.
Hay diferentes calidades: el grano largo (blue bonnet), el muti, más pequeño y redondo; recomendado en platos dulces y el yamaní. En Argentina se popularizó especialmente este último que combina muy bien con vegetales, atún, pollo y para variados rissotos.
