La presencia de productos "sin azúcar añadido" es cada vez mayor en el mercado. Pero, al margen de problemas de salud concretos, su consumo no siempre merece la pena porque suelen bastante más caros y no siempre supone una reducción sustancial de las calorías que aporta el producto.
Por otra parte, en estos productos el se suele sustitución por edulcorantes por lo que, en general, aumenta la cantidad de aditivos que contienen.
Teniendo en cuenta todo esto, la Organización de Consumidores y Usuarios recomienda seguir estos consejos a la hora de elegir entre productos con azúcar o su versión edulcorada.
Merece la pena optar por los productos "sin azúcar añadido" en estos casos:
Mermelada sin azúcar: al no contener grasas, observamos unagran diminución en calorías. Eso sí, cuesta un 45% más.
Cacao soluble: se reduce de forma notable el contenido en azúcar y con ello, las calorías. Eso sí, el ColaCao 0% equivale en cantidad al doble de su versión tradicional. Por lo tanto, una cucharada de éste equivale a dos del clásico.
Lácteos sin azúcar: las calorías se reducen a la mitad en batidos, flanes y yogures. Además, en algunos productos el precio es el mismo.
Sin embargo, no merece la pena consumir los siguientes:
Galletas edulcoradas: sin azúcar, pero con calorías similares a las clásicas. Y además, ¡mucho más caras!
Bollería sin azúcar: aumentan las grasas y por lo tanto, las calorías. En cuanto al precio, cuestan entre un 40 y un 50% más que en su versión clásica.
Chocolate sin azúcar: con un precio de un 70% más caro que el clásico, engordan más, ya que aumenta el contenido en hidratos de carbono y grasas.
Néctar: la diferencia es insignificante, tan solo 4 kcal por vaso. Respecto al precio, está versión resulta un 8% más cara que la tradicional.
Tomate frito: la reducción de azúcar es muy pequeña y la cantidad de calorías casi igual al tradicional. En cuanto al precio, es un 70% más caro.
Fuente: OCU