El azafrán es una de las especias más apreciadas en el mundo por su poder colorante y aromático. España era hasta la década de los 70 uno de los mayores productores del mundo. La flor de azafrán llegó a la Península hace un milenio de la mano de los árabes con rutinas de recolección, monda o desbrize y tostado que aún hoy se mantienen. Es precisamente este laborioso trabajo el que justifica su elevado precio, unos 3.000 euros por kilogramo.
En Aragón, Cataluña y Castilla La Mancha se concentró tradicionalmente el cutivo del azafrán en España pero hoy en día es la comunidad castellano-manchega la que mantiene las mayores cuotas de cultivo, tratando de sobrevivir a la competencia del azafrán cultivado en otros países que se vende a un precio menos y a las falsificaciones.
La creación de laDenominación de Origen Azafran de La Mancha ha sido clave en el mantenimiento de este cultivo en las dos últimas décadas, garantizando ante los consumidores la calidad de la especia cultivada en las plantaciones manchegas.
El azafrán resulta del tueste de los estigmas de la rosa de azafrán, previamente separados del resto de la flor. Este es el proceso que marca las grandes diferencias entre el azafrán manchego del resto del mundo donde el estigma se mezcla con otras partes de la flor. En este caso, el resultado del esfuerzo es un poder colorante y aromático muy por encima de cualquier otro azafrán.
Toledo ha querido poner el acento en este cultivo al elegirlo para el logo o imagen promocinal que nos recuerda que la ciudad manchega es Capital Española de la Gastronomía.