El pulpo es uno de los productos más emblemáticos de la gastronomía gallega. No hay fiesta ni feria en Galicia que no nos lo ofrezca preparándose de diferentes formas, en una cocina muy nuestra. No hay reunión, romería o fería que se precie, en cualquier ciudad, pueblo o aldea de Galicia que no cuente con su lugar para comer una ración de "pulpo á feira" o "pulpo a la gallega", cocido y aderezado con aceite, pimentón y sal. Pero si hay un lugar famoso por el buen pulpo es el municipio orensano de O Carballiño que este fin de semana celebra la 53ª edición de la Feria del Pulpo.
En la antesala de la fiesta, el pasado martes, una veintena de pulpeiras prepararon en un tiempo récord, de unos 12 minutos, una tapa gigante con 500 kilos de pulpo sobre un plato de madera de 5,13 metros. La rapidez y habilidad a la hora de trocear o "picar" el pulpo una vez cocido es una de las singularidades que identifican a las pulpeiras de la localidad, agrupadas en la Asociación de Pulpeiros y Pulpeiras de Arcos, lugar que se considera cuna del tradicional "pulpo á feira".
Además de la cocción en una olla de cobre, el secreto de un buen pulpo tiene que ver -según señalan- con el tipo de agua en el que se prepara, que hace que coja todo el sabor, y con las cantidades de sal, pimentón o aceite. Para los 500 kilogramos que prepararon el pasado martes han cuatro kilos de sal, treinta litros de aceite y medio kilo de pimentón.
