China es el primer mercado emisor de turistas del mundo y sus ciudadanos son especialmente interesantes para los países de destino por su alta capacidad de gasto. Los informes de consultores especializadas revelan sin embargo que el turista chino no es fácil de satisfacer. Suponen un desafío para cualquier profesional del sector, especialmente en el ámbito de la hotelería y la restauración.
El sistema de calificación y marketing Chinese Friendly, registrado en 28 países de la Unión Europea, surgió como herramienta para facilitar a estos profesionales el conocimiento y la adaptación a las demandas de los visitantes chinos. Prestigiosos hoteles como el Ritz en Madrid o Barceló Renacimiento en Sevilla y una decena de restaurantes cuentan con esta certificación que garantiza al turista china una atención adaptada al estandar de su país.
Una de las primeras exigencias que han de cumplir estos esablecimientos es disponer de la carta traducida al chino, pero se procura también una adaptación de los menús a los gustos o hábitos chinos. "Hay que adaptarse ligeramente sin perder nuestra cocina. Ellos vienen a probar nuestra comida pero a sus estómagos les cuesta adaptarse, por ejemplo, al aceite de oliva y a otrasa grasas de origen animal de algunos platos españoles. No sólo es una cuestión de gusto sino incluso de bienestar", explica Sonia Fernández, director de comunicación y marketing de CF.
Chinese Friendly recomienda por ello a los establecimientos interesados disponer de determinados alimentos chinos, especialmente para los desayunos, o tener en cuenta la dificultad de los visitantes de mayor edad para manejar el cuchillo y el tenedor.
