La gastronomía de la región que abarca la Ruta del Vino Ribera del Duero, en el corazón de Castilla y León, está fundamentada en los guisos y asados, en los vinos de gran calidad y en los dulces, con el cordero lechal y los productos derivados del cerdo como platos estrella.
Uno de los buques insignia de la gastronomía de la zona es el lechazo, nombre que recibe el cordero aún sin destetar y que forma parte de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) "Lechazo de Castilla y León", que engloba casi 483 explotaciones de la zona. De ahí que en la mayoría de restaurantes de la Ribera del Duero se pueda degustar acompañado de la torta de aceite o panes diversos. Por este motivo, no es casualidad que se celebren estas "Jornadas del Lechazo", ya que la base de la gastronomía de la región es el lechazo asado.
Por otro lado, también conforman la oferta gastronómica todos los productos derivados del cerdo, ya que la matanza de este animal es una ancestral tradición que continúa celebrándose en algunos pueblos. Así pues, se pueden degustar una amplia oferta de embutidos como la morcilla, el chorizo, los torreznos, el salchichón, el jamón, entre otras suculencias.
A parte de estos productos, también hay una amplia variedad de especialidades típicas: setas variadas en temporada, carnes de caza, pollo de corral, chuletillas asadas con sarmientos de las viñas, endibias de Peñafiel, quesos de la Región del Duero o del Valle del Esgueva, empiñonados, natillas, rosquillas, yemas, arroz con leche, y un largo etcétera que harán las delicias de los paladares más exigentes.
Las principales poblaciones que conforman la Ruta tienen sus especialidades gastronómicas particulares, siempre maridadas por la gran variedad de vinos elaborados por las 52 bodegas que conforman la Ruta.