El fruto de esta planta tiene multitud de nombres como quimbombó, quingombó o chimbombó, gombo, molondrón, ocra u okra y bamia. Su forma recuerda a una mezcla entre un pimiento y una judía, y su color el verde-amarillento. Se utiliza para hacer sopas, guisos o incluso solo hervido o al vapor. En su interior contiene pequeñas semillas que aportan un sabor especial a los platos.
Se han verificado propiedades beneficiosas para la salud derivadas del consumo de okra. Especialmente en el tránsito intestinal ya que tiene un efecto protector en los intestinos y es un tratamiento natural del estreñimiento por su alto contenido en fibra. Además previene y trata las enfermedades cardiovasculares, ya que regula la absorción intestinal del azúcar y es depurativo con el colesterol. Un reciente estudio en Tailandia concluye que la okra es beneficiosa para la memoria y mejora las habilidades relacionadas con el aprendizaje.
El principal productor y consumidor de este vegetal es la India, donde su producción supera los 6 millones de toneladas al año. En América y oriente es muy consumida en diversos platos y recetas típicas; en Europa es algo más desconocida, pero en los últimos años se ha ido introduciendo en algunas tendencias gastronómicas.
La mejor forma de conservar la okra es congelándola posteriormente a hervirla, de esta manera conserva su textura y sus propiedades. En cocina la okra complementa a tomates, cebollas, maíz, conchas y pescado en guisos. La okra tiene un sabor especial, parecido a la berenjena y se convierte en un aliado perfecto para dietas y como complemento de una alimentación preventiva y saludable.
Redacción: Gastronomia.com