José Carlos García (Málaga, 1974) pertenece a la generación de profesionales que ha situado a Málaga en la élite de la cocina nacional. Reconocido como el Mejor Cocinero de Andalucía en 2009, hoy nos acercamos hasta su cocina para descubrir una forma de trabajar honesta y sin tapujos a la hora de intentar ofrecer cosas nuevas.
¿A qué sabe Málaga?
A luz.
¿Cómo fue el camino hasta la primera estrella?
El camino no ha parado todavía, pero ha sido la ilusión con la que hacíamos y hacemos nuestro trabajo lo que nos llevó hasta ahí. Nunca nos planteamos el tema de conseguir una Estrella. Apareció dereprente y realmente no sabíamos cómo se jugaba en esa liga. Simplemente sabíamos del cariño y la fuerza con la que hacíamos cada el día el trabajo.
¿Facilita el camino la distinción Michelin?
Realmente las cosas nunca han sido tan complicadas. Sin duda te ayuda. Es como una palmadita en la espalda, pero a su vez es una gran responsabilidad. Nos hemos encontrado alguna pequeña barrera porque una responsabilidad así lleva a un compromiso más a flor de piel.
¿Cómo defines tu cocina?
Honesta y con intentos, que no todos se consiguen, de experiencia única. Pero sobre todo la describiría como honesta.
¿Por qué el cambio de restaurante?
Lo tengo muy claro. Mi ciudad dio un gran salto como espacio y como ciudad abierta al mar con la creación de Muelle Uno. Fue una oportunidad de incorporarme y subirme a ese tren. Desde hacía tiempo estaba esperando algo así. Suerte que lo encontré a pocos metros de mi casa madre, donde me he formado y he podido continuar cerquita. Sin duda el salto que daba la ciudad y los malagueños ha sido un regalazo. Y yo quería estar ahí, a pesar de que no era el mejor momento desde el punto de vista de la economía andaluza y nacional.
¿Qué encontramos en Muelle Uno?
Lo primero que encuentra el comensal al venir al restaurante de Muelle Uno es la transparencia con la que siempre hemos trabajado: la cocina, la ciudad abierta al mar mientras come. El que visita el restaurante podrá «comerse» la ciudad en un ambiente que refleja mi personalidad y mi forma de ver la vida. No soy de grandes lujos, me considero más bien urbanita o actual.
¿Cuales son tus retos de futuro?
El resto más inmediato es poder seguir disfrutando de este proyecto. Hacer que la gente que viene siga disfrutando al máximo. No soy una persona ambiciosa. Prefiero disfrutar del momento. Aunque obviamente quiero que mi restaurante crezca en cuanto a oferta y convertirlo en un destino gastronómico.
Como ex alumno de La Cónsula, ¿cómo estas viviendo las dificultades por las que atraviesa la escuela este año?
Con tristeza porque no es agradable para los que hemos estudiado allí y hemos continuado después esa formación. Además, es una escuela que nos nutre de profesionales cualificados. Desde luego me genera mucha tristeza.
REDACCIÓN Marta de Dios
