La crisis no sólo provocó que a muchos no les quedase más remedio que reducir su gasto en alimentación, sino que, unida a la desinformación, fue, seguramente, la excusa perfecta para aprovechar los alimentos más de lo debido, hasta pasada su fecha de caducidad, con los peligros que eso conlleva.
Así se desprende de las conclusiones de un estudio elaborado por la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU), efectuado a 750 familias, y cuyos resultados nos muestran que uno de cada tres consumidores ingiere alimentos caducados si no ha pasado mucho tiempo desde la fecha explicitada para la caducidad de los mismos.
El estudio, profundizando en las explicaciones a este fenómeno, muestra cómo el 39% de los consumidores encuestados no es capaz de definir correctamente el significado que tiene la fecha de caducidad de un alimento, todo a pesar de los riesgos que implica su consumo para la salud transcurrida la misma.
En cambio, sólo el 9% se decanta por una respuesta incorrecta cuando nos referimos a la de consumo preferente. Por último, este trabajo muestra cómo el 61% de los encuestados han sufrido de forma directa las consecuencias de la crisis económica, viéndose obligados a modificar sus hábitos de consumo para racionalizar el gasto en alimentos.
REDACCIÓN gastronomía.com
