Una de las primeras cosas que aprende el ser humano son las tres principales comidas que se hacen a lo largo del día. También sabemos que cada una tiene su hora propia. Cuando nos hacemos adultos empezamos a transgredir esos horarios e incluso a saltarnos alguna de esas tres comidas. Son prácticas muy extendidas y también muy perjudiciales para nuestra salud.
Es lo que se desprende de un estudio realizado a 26.902 hombres durante 16 años, entre 1992 y 2008 a partir de sus datos clínicos. La investigación la dirigió el profesor asociado de medicina en la Harvard Medical School, Eric Rimm y publicado por Circulation: Journal of the American Heart Association. Quienes afirmaban no desayunar tenían un 27% más de posibilidades de padecer problemas cardíacos y coronarios que quienes sí lo hacían.
Concretamente, entre los primeros, pudieron comprobar cómo 1572 sufrieron algún problema cardíaco por primera vez. Aunque lo verdaderamente sorprendente fue que tan importante como no saltarse ninguna comida es respetar sus horarios. Según el trabajo, aquellos que decían cenar tarde tenían un 55% más de probabilidades de padecer enfermedades cardíacas que quienes no tenían esta costumbre.
Si bien los investigadores pasaron de puntillas por este dato debido al bajo número de participantes que tenían esta costumbre, en España los horarios laborables extensos provocan que cenemos justo antes de irnos a la cama. Son muchos los expertos que recomiendan cenar entre tres y cinco horas antes de irse a dormir.
REDACCIÓN gastronomia.com
