Las mujeres en alta cocina son pocas, pero pisan fuerte. Begoña Rodrigo, propietaria del restaurante La Salita, acaba de convertirse en el primer Top Chef España. Llegó al programa de Antena 3 con ganas de hacerse con el título y consciente de que se enfrentaría a grandes cocineros.
Natural de Valencia, se granjeó la antipatía de muchos con un carácter fuerte y algunas expresiones ariscas. Frases como «me toca hacer una puta paella» o «a lo mejor yo los tengo más cuadrados», despertaron por igual amor y odio. Aunque poco a poco se fue haciendo con el corazón de todos.
A las puertas de la final, Begoña no dudó en echar una mano a Antonio y a Miguel, a pesar de que haciéndolo se podría perjudicar a ella misma. Su cocina es delicada y rebosa las vivencias que experimentó en los lugares donde se formó de forma autodidacta: Londres, Ámsterdam y Tailandia.
Esta noche superó la prueba de continuar el plato comenzado por Susi Díaz y después convenció a algunos de los mejores chefs del mundo en la gran final -que se celebró en el restaurante Teatriz- frente a Antonio Arrabal. 23 estrellas Michelin -entre las que se encontraban cocineros de la talla de Juan Mari Arzak, Joan Roca, Quique Dacosta, Martín Berasategui, Karlos Arguiñano o Pedro Subijana- la escogieron a ella y a su menú.
REDACCIÓN gastronomia.com